"-¿Como te convertiste en poeta? - Carol la miró.
-Supongo que sintiendo demasiado las cosas- le contestó Therese muy sonriente."
(Highsmith: 2016, p.74)
Desde su estreno en el año 2015
durante el festival de Cannes, Carol
genero expectativa, la crítica la catalogó en ese momento de “obra
maestra”. Siendo increíblemente ignorada
en todas las entregas de premios posteriores, Carol es un verdadero regalo cinematográfico que sin
duda pasará con bastante gloria a los anales del celuloide y que ha
encontrado entre el público a fervientes y leales admiradores (y sobre todo admiradoras).
Aquí algunas posibles razones de su encanto:
1. La singularidad de sus creadores: Todd Haynes y Patricia Highsmith.
Carol es una película de Todd Haynes, cuya filmografía consta
de títulos como la aclamada Far from Heaven (2002), la polémica Poisón (1991) o rarezas como I´m not
there (2007) y Velvet Goldmine (1998). En los filmes de Haynes abundan historias tabús: los solitarios, los
marginados, la homosexualidad, la transgresión de clases, el racismo, la
enfermedad, son temas comunes del director; todos ellos atrapados en una particular y minuciosa
estética que frecuentemente transcurre
en los años de 1940 a 1970.
Patricia Highsmith es conocida principalmente por sus trabajos de novela negra y psicológica como
Extraños
en un tren (1950) y El talento
de Mr. Ripley (1955), también adaptadas al cine. Carol
o El precio de la sal como originalmente se publicó en 1952, es una
excepción dentro de la obra de Highsmith, ya que cuenta una historia de amor, autobiográfica y atrevida para la época, en la
que escribir abiertamente y sin condena
sobre lesbianas, pudo costarle a su autora mucho más que una censura editorial.
2. La complicidad revelada en imágenes.
Un vínculo notable entre las protagonistas es
la especial conexión expresada a través de la mirada. Patricia Highsmith narra la impresión que Carol deja en
Therese, desde el primer encuentro:
“Sus ojos se encontraron en el mismo instante, cuando Therese
levanto la vista de la caja que estaba abriendo
y la mujer volvió la cabeza, mirando directamente hacia Therese […]
Tenía los ojos grises, incoloros pero dominantes, como la luz o el fuego.
Atrapada en aquellos ojos, Therese no podía apartar la mirada.” (Highsmith:
2016, p.41)
Todd Haynes comprende
perfectamente el mensaje y llena su
película de imágenes, construidas con preciosismo
y esmero, en las que aparece no sólo el reflejo de la moda y las buenas
costumbres de la ciudad de Nueva York a finales de 1940, sino la visión que Therese tiene sobre Carol.
La perfección audiovisual, el cuidado de los colores y detalles predominan a lo largo de todo el filme, en un intento de
imitar y transmitir la sensación que nace en Therese con cada descubrimiento de Carol,
y como Haynes explicó alguna vez, no es casualidad que Therese tenga como
aspiración, convertirse en fotógrafa, capturando así toda la belleza que como mujer
enamorada, percibe en Carol.
3.La carencia de prejuicios en la historia.
Carol es una historia de amor de mujeres, de diferentes clases
sociales, una de ellas mayor, en proceso de divorcio y con una hija pequeña; motivos
suficientes de escándalo, escarnio o
victimización. Sin embargo un gran acierto de Haynes y osadía de Highsmith es
que simplemente presentan este amor como algo natural entre dos personas, sin
preocuparse mucho por enfatizar o alabar la homosexualidad, o establecer juicios morales.
Carol y Therese sienten curiosidad, admiración y atracción mutua y se atreven a vivir un romance y al asumir las consecuencias tampoco se transforman en mártires.
Carol y Therese sienten curiosidad, admiración y atracción mutua y se atreven a vivir un romance y al asumir las consecuencias tampoco se transforman en mártires.
Esta carencia de estereotipos se extiende
fortuitamente a los personajes masculinos,
a los cuales se evita caracterizar como completos villanos o culpables del
comportamiento de su pareja.
4.La presencia de Cate Blanchett,
Rooney Mara y Sarah Paulson.


A partir de Carol, Cate Blanchett sumó miles de seguidoras provenientes de la comunidad
LGBT y ya es imposible imaginar está
película protagonizada por alguien diferente.
Basta mirar un poco para notar su elegancia y hermosura innata llenando la pantalla; y si Todd Haynes buscaba una voz y ojos
capaces de transmitir más de lo que se dice y lo que se mira, la elección de la
talentosísima australiana es sin duda acertada. La actuación de Blanchett, como de costumbre, es excelente.

La participación de Sarah Paulson como Abby la amiga un poco celosa y confidente de Carol tampoco tiene desperdicio y es muy amena, agregandose a la magnífica dupla de protagonistas.
5.La música
La banda sonora realizada por Carter Burwell especialmente para la película, fue muy elogiada, pero además de estas composiciones
originales, en Carol se utiliza música
de la época, redondeando el filme
aparecen canciones clásicas del jazz como No
Other Love de Jo Stafford o Kiss of Fire de Georgia Gibss, además de
Easy to Living de Billie Holiday, una de las preferidas por Carol
y Therese.
Citas tomadas de:
Highsmith, Patricia. Carol. Sexta Edición Editorial Anagrama. Barcelona, 2016.
Citas tomadas de:
Highsmith, Patricia. Carol. Sexta Edición Editorial Anagrama. Barcelona, 2016.
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