Eva Green…una actriz tan bella que
es indecente.
Bernardo Bertolucci
Poseedora de una sensualidad que
pocas veces provoca indiferencia, el de Eva Green es uno de los nombres más destacados en la industria de entretenimiento actual. Interpretaciones como Vesper Lynd en Casino Royal y Artemisa en la popular franquicia de 300 la convirtieron en símbolo sexual dentro del lucrativo mercado de Hollywood, explotando el atractivo erótico que aunque
la Green quisiera no puede disimular. Sin conformarse con
pasar a la historia por quitarse la ropa, se empeña en demostrar exitosamente que
es además una buena actriz (basta recordarla en la piel de Vanessa Ives).
Como gótica
chica Burton o en papeles más profundos alejados de los grandes estudios que probablemente coronen su talento, a su carrera aún le resta mucho por escribir. Los trabajos rodados en Europa, generalmente pertenecen a este último grupo, con guiones que abordan temas más complejos que la pasión desbordada entre Themistocles y Artemisa, y sin prescindir de la contundente belleza de la protagonista, reflejan nuevos matices sobre su calidad de artista. A continuación algunos ejemplos:
The Dreamers (Bernardo Bertolucci, 2003)
La película que marcaría el
popular y explícito debut de Eva Green en la pantalla grande donde el
también director de El último tango en
París elabora su homenaje al séptimo arte, con una serie de secuencias
extraídas del acervo del cine clásico; todas ellas revividas por Matthew
(Michael Pitt), Théo (Louis Garrel) e
Isabelle (Eva Green), los tres
soñadores de Bernardo Bertolucci,
quienes atraídos por la compartida
pasión cinéfila que los une en una manifestación del icónico mayo francés,
vivirán una historia que incluye el idealismo y los excesos de la juventud intelectual parisina de la
década de 1960 y explora en los intrincados extremos del placer sexual al
abordar el incesto y la poligamia.
Penetrar en el exclusivo mundo de juegos
eróticos de los gemelos significará para Matthew una separación con las reglas “morales” habituales
de occidente e implicará una desilusión de amor. El guion no se aleja completamente del
romanticismo ya que a fin de cuentas Matthew es un soñador, que acecha y participa como invitado preferente en la
fantasía de Théo e Isabelle pero al intentar encarar a los
hermanos con la naturaleza socialmente
reprobable de su relación es apartado del paraíso de cine, sexo y drogas que los tres amantes han construido en un piso
de París.
Si bien la lente de Bertolucci
exagera con los desnudos de Eva Green,
que bastaron para revelarla como una de las actrices más hermosas y cimentaron
su status inminente de femme fatale, The
Dreamers logra una estética visual y acústica muy bella, con un soundtrack a la altura de su contexto
generacional. Contiene un mensaje sobre los diversos matices que adquiere la
sexualidad y su confrontación con las
normas culturales y una reflexión sobre los desbocados anhelos de la juventud y la ruptura que implica
madurar.
Cracks (Jordan Scott, 2009)
Basada en el libro homónimo de
Sheila Kohler, la película transcurre dentro de los muros de un internado católico y elitista de principios del siglo XX. En esta ocasión
Eva Green interpreta a la que un principio parece ser la enigmática profesora Miss G cuya imagen de mujer intrépida y
misteriosa se desfigura hasta
convertirse en un personaje despreciable.
Acostumbrada a recibir la
idolatría de las inocentes y poco
mundanas alumnas que entrena en natación,
Miss G, se sentirá de pronto atraída
por la nueva estudiante desembarcada de España, Fiamma (María Valverde), cuya posición social, económica y
experiencia de vida no le permitirán
cautivarse con los cuentos y la presencia de Miss G, quien por supuesto no aceptara el desprecio como respuesta.
Fiamma simbolizará en la mente de Miss G la sofisticación y personalidad que ha inventado para sí misma en la monotonía del instituto, así que obtener la simpatía de la joven extranjera representara más que la satisfacción sexual la aceptación como parte en el mundo de aventura con el que ha fantaseado.
La vida de Fiamma se encontrará inmersa entre el acoso de la reprimida
Miss
G y la hostilidad de sus compañeras de clase encabezadas por Jo (Temple June) quien siente mucho más
que admiración por su mentora y al descubrir la oscuridad que acompaña la belleza de su venerada modelo sufrirá el desencanto franco de la inocencia destruída y tomará una decisión para transformar su camino.
El desenlace se contrapone por
completo a la atmósfera sosa de aparente ingenuidad y niñas uniformadas que envuelve la historia e incluye mentiras, violación y la muerte de uno de sus personajes, estableciendo
así una crítica a la doble moral y a la educación excesivamente aislante
y represiva.
Basada en hechos reales (Roman Polanski, 2017)
La última película del director
Roman Polanski, cuenta con la participación de Eva Green y Emmanuelle Seigner
en los papeles protagónicos. Durante una concurrida firma de libros Delphine de Vigan (Emmanuelle Seigner); una
escritora atormentada, fastidiada de la fama y atorada en un bache creativo, conoce
a una extraña mujer, quien más tarde se
revelara con el nombre Ella (Eva
Green) y cuya presencia logrará inmiscuirse cada vez más en la vida y las
decisiones de Delphine.
En medio del caos y la reclusión
que experimenta la famosa escritora y que le impiden discernir entre
alternativas al parecer tan sencillas como enviar un mensaje o asistir a una conferencia,
Ella asumirá poco a poco un obsesivo
control sobre la personalidad de Delphine
y en momentos desea anularla y sustituirla. El espectador advertirá el
peligro vinculado a Ella y comenzará
a preguntarse si se trata de una misteriosa asesina o de un caso de fanatismo.
En una clara reminiscencia a Misery de Stephen King, la convivencia
de ambas mujeres se traslada al escenario perfecto para el suspenso y las
muertes violentas: una alejada cabaña de campo situada casi en medio de la nada
y tiene como agravante la lesión que inmoviliza a Delphine y pone en clara ventaja física y sicológica a su
contraparte. El retorno de la
oscarizada Kathy Bates y su perturbado personaje de Annie Wilkies (con la escena del martillo incluida) son innegables
en esta cinta de Polansky, pero el desenlace abierto contiene un giro
argumental que hace cuestionarse al público sobre la existencia de Ella y se acerca más a encontrar una conclusión en el plano de las
enfermedades mentales y la personalidad múltiple, además de plantear la
incertidumbre sobre si es nuestra realidad lo que existe o lo qué nuestros sentidos perciben del mundo.
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