“Tengo el sueño de que
mis cuatro hijos vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el
color de su piel, sino por el contenido de su espíritu.”
Martin Luther King, I have a dream, Agosto de 1963
Guess Who´s Coming to dinner ó Adivina
quién viene a cenar esta noche como se le conoció en español acaba de
cumplir el aniversario número cincuenta, en el recién concluido diciembre del
2017. La última película protagonizada por Katharine Hepburn y Spencer Tracy estrenada
en 1967, elaboraba por medio de una
comedia ligera de inteligentes diálogos, una crítica muy directa hacia el
racismo norteamericano. Hoy en día no suena a gran cosa, pero en el momento de
su aparición, la población negra se encontraba en plena lucha por concretar sus
derechos civiles y a tan sólo unos meses del asesinato de uno de los más
grandes líderes y humanistas de la historia mundial: Martin Luther King.
Cincuenta años parecen ser muchos
y tal vez son muchos, pero sentimientos como el odio por el prójimo no conocen
fronteras terrenales ni temporales y aunque seguramente las condiciones de los
negros en Estados Unidos han cambiado considerablemente, de lo contrario Obama
no se hubiera convertido en presidente; los norteamericanos no pueden decir que
han erradicado el racismo, basta para ello mirar a ese personaje nefasto que la
nación presuntamente más democrática sobre la Tierra ha elegido en las urnas
como dirigente y es que el señor Donald Trump no pierde el tiempo para
demostrar una y otra vez no sólo que es racista, sino profundamente misógino y
cruel; así que en sus cincuenta años Guess
Who´s Coming to dinner suena dolorosamente vigente y no sólo para los
negros, sino para todas las minorías étnicas, de género y culturales que creyeron en el ya muy
desmoralizado “sueño norteaméricano”.
Y hablamos de Estados Unidos porque
la nación tiene entre sus logros distintivos, la aparición de sus insignes logias infames como el Ku Klux Klan, claro ejemplo de la
estupidez humana; pero el resto de los países no nos quedamos atrás. Ni
siquiera los latinos que deberíamos
estar más preocupados por superar las eternas crisis económicas y exiliar a
otro planeta a la plaga de políticos corruptos
que parasitan nuestros erarios; escapamos a esos comportamientos. Al
menos en México tenemos como ejemplo la situación de pobreza y marginación a la
que condenamos desde hace siglos a los indígenas o el maltrato que muchas veces
sufren los migrantes sudamericanos a manos de las autoridades nacionales. Pero
a diferencia del estadounidense racista que lo hace por el sentimiento de
superioridad que le proporciona su tez blanca; en México se discrimina para
demostrar lejanía y diferencia con los grupos
sociales que consideramos inferiores, ya que nuestro status de éxito y prestigio generalmente
envidia y emula a Europa, transformando la propia idiosincrasia en peyorativa,
objeto de vergüenza y burla.
El argumento de Guess Who´s Coming to dinner es muy
sencillo, Joey Drayton (Katharine Houghton) una chica blanca, educada y muy
liberal de clase media alta regresa anticipadamente de su viaje por Hawaii,
para presentar a sus padres al doctor John
Wayde Prentice (Sidney Poitier) con quien planea casarse en una semana.
El doctor por supuesto es una
eminencia, colmado de logros y virtudes, el novio que cualquier mamá soñaría
para su hija; su único “defecto” es ser negro. Los padres de Joey, Cristina y Matt interpretados espléndidamente por
Katharine Hepburn y Spancer Tracy, son la pareja norteamericana perfecta,
blancos de ojos azules, progresistas y capitalistas; que de pronto tiene que
poner a prueba todo lo que ha predicado sobre la igualdad y la tolerancia ante
el prometido de su hija y por supuesto las caras de ambos son de que no se lo
creen. Hoy en día es común eso de los
matrimonios interraciales en Estados Unidos, pero en 1967 era mal visto e
ilegal en muchos estados, así que la sorpresa y turbación de los padres no es
para menos, por muy liberales que
pretendan ser; es casi el equivalente a que hoy en día su hija les confesara
que es gay o algo parecido.
A partir de la llegada del
prominente doctor a casa de los Drayton, veremos la reacción de los diferentes
personajes que completan el reparto ante el anuncio de la peculiar pareja de
enamorados: la criada Tillie está furiosa porque que alguien de “su misma
clase” y color de piel aspire a ser esposo de su consentida Joey; la ayudante
indiscreta de Cristina Drayton está escandalizada y el sacerdote católico,
amigo de la familia, no ve problema alguno y está más que divertido con la
situación. Los padres del doctor John Wade Prentice, quienes son de última hora
invitados a lo que vaticina convertirse en una catastrófica cena, tampoco están
muy contentos con la próxima boda, especialmente el padre, a quien le parece
una locura transgredir el orden establecido tradicionalmente entre las clases y
las razas.
Al parecer todos tienen una
opinión acerca de la relación, la única que no ve problema en este matrimonio
es Joey Drayton, a quien parecen no
importarle los prejuicios del resto del mundo, y considera que la diferencia
racial no es motivo suficiente para evitar apreciar el
resto de cualidades en una persona y llegar a enamorarse. En este personaje de Joey
Drayton, los guionistas quisieron retratar un poco de esa juventud de los años
sesenta, dispuesta a cambiar las normas en una sociedad muchas veces injusta y
opresiva y que predicaba libertad para hacer el amor y no la guerra.
Guess Who´s Coming to dinner es una película idealista, con un
final políticamente correcto y muy humana. Han pasado cincuenta años desde su filmación
pero no han sido suficientes y hoy más que nunca escasean las Joey Drayton, en un
planeta cada vez más egoísta, que ha convertido en cotidiano los temas no sólo de racismo, sino de violencia,
intolerancia y desigualdad entre las naciones, los géneros y las religiones.
El panorama es menos alentador
que en 1967, con una juventud más interesada en la tecnología que en las
personas, y “lideres” mundiales conocedores del gran negocio que significa una guerra para
ciertos sectores privilegiados. No existe un Martin Luther King con sueños de
justicia, por el contrario, hay creaciones como Donald Trump, que
lamentablemente no aparecieron por generación espontánea, sino que son resultado
de todos los males de nuestra historia, esforzándose por ampliar la desigualdad y el odio entre los seres humanos.
EStoy sorprendido por tu forma tan maravillosa de escribir , en vdd deberías dedicarle más tiempo a tu blog , sabes abordar el tema , desmenuzarlo , usarlo como ejemplo y regresar a lo que estabas diciendo .
ResponderEliminarSigue así MAC , nos vemos
que bueno que te gustó mi estimado Emercy, tratare de invertirle más tiempo, tengo muchas ideas que quiero publicar y pues escribir es algo que sólo se aprende leyendo y escribiendo mucho...así que espero mejorar
EliminarSaludos y espero verte pronto