Llevaba un hacha en la mano,
inundada de un provocativo y brillante rojo. La apartó rápidamente y miró su
irreconocible rostro frente al espejo.
Comenzó a desmaquillarse,
desvaneciendo minuciosamente al monstruo
que todas las noches lo poseía. Despojado de su máscara y utilería, respiró
aliviado, purificado del crimen y la culpa. Abandonó el teatro y afuera, sintió
una ráfaga de viento tocándole la cara. La función había terminado y retornaba
tranquilo a su mundo, que le sonreía desde el otro extremo de la vida.
Hola, me ha gustado tu cuento corto, la verdad me sorprendió lo corto del mismo, pero a la vez, me impresionó como en tan pocas oraciones logras crear toda una historia y no queda cabo suelto.
ResponderEliminarFelicidades
Gracias..estoy intentando algo con la microficcion, aunque tambien tengo ganas de hacer algo mas extenso el proximo mes
EliminarMe gusta este micro. De hecho, por esa misma razón me ha gustado tanto. Creas toda una ambientación en poquitas palabras, y con los vocablos adecuados para la ocasión.
ResponderEliminar